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dissabte, 22 de maig del 2010

¿Tiene su majestad tuberculosis pulmonar?

¿Tiene su majestad tuberculosis pulmonar?

Los datos sobre la “enfermedad” del rey de España publicados en la prensa han sido tan abundantes, explícitos y detallados que solo con fotocopias de los informes de las exploraciones podrían proporcionarse detalles como los milímetros que miden los nódulos o el diagnóstico de granuloma crónico de la anatomía patológica. Damos por hecho que eso se ha publicado con expresa autorización del ilustre paciente, de lo contrario el tema de los sumarios secretos publicados en la prensa sería pequeño y el Clinic habría incurrido en un delito grave contra la ley de protección de datos que debería de investigarse de oficio.

El tratamiento papanatas que los periodistas han dado a este tema (se supone que especializados o bien informados o asesorados por una garganta profunda) es una reproducción del papanatismo con que se trató en la prensa el tema de la gripe A “nueva”, con una actuación de simple, por tonta, correa de transmisión de datos proporcionados por las “autoridades sanitarias” en un caso (la mayor parte erróneas en el caso de la Gripe A) o por el “equipo médico habitual” o la garganta profunda en otro. Publican todo sin contrastar con expertos independientes, y sin conflictos de intereses, y/o por heterodoxos de prestigio. Así, se ha dado la impresión de que todo lo que se hizo fue un acierto y un éxito llegando a comparar la medicina catalana con la de Madrid como si fuera una competición deportiva. Los médicos madrileños que entienden de esto deben estar divididos entre los cabreados y los que aun se mueren de risa, mientras que entre los catalanes algunos nos hemos reído bastante, cabreado un poco y avergonzado algo.

Si la salud del Jefe del Estado es una cuestión del mismo, se ha tratado como un acontecimiento deportivo de libre información en los tabloides. No parece correcto y si alguien tiene algo que decir que lo diga.

Con los datos proporcionados por la prensa, cualquier neumólogo o experto en infecciosas puede hacer un diagnóstico posible, en ese caso muy probable mientras no se demuestre lo contrario, de tuberculoma, forma clínico radiológica de tuberculosis pulmonar incluida en el diagnóstico diferencial de los nódulos pulmonares, en general solitarios, que es de fácil diagnóstico para un experto, en principio, y que en Madrid hacen con una punción “ muy moderna” (como dijo Mercedes de la Merced en el programa La Ventana) mientras que en Cataluña necesitan una toracotomía.

La tuberculosis es una enfermedad de declaración obligatoria, y no declararla es un delito contra la salud pública. Debería haber un montón de responsabilidades de ser cierto ese diagnóstico en el caso del REY si no se hubiera declarado. Creo que si se hubiera declarado ya tendrían una fotocopia algunos huelebraguetas. Otra cosa es que se atrevieran a publicarlo.

El problema es que al ser una enfermedad infecto-contagiosa, que puede ser mortal actualmente en niños pequeños o inmunosuprimidos, obliga a la revisión de todos los contactos del paciente para encontrar un posible caso primario, muy improbable en este caso, o los casos secundarios que pudiera haber, de modo que toda la familia real debería ser revisada, así como el personal al servicio del monarca, como se haría si apareciera un caso similar de tuberculosis en el personal del Corte Inglés, y si no se hiciera seria una grave irresponsabilidad.

En cuanto al tratamiento, de ser cierto el diagnóstico más probable, el Jefe del Estado ya debería estar tratado, así como la familia real incluyendo a las nietas con profilaxis primaria etc. en un trabajo importantísimo clínica y epidemiológicamente que es obligado por ley.

Tendría trascendencia política si Don Juan Carlos tuviera Tuberculosis?. Que lo digan los de protocolo o quien corresponda de la casa real, pero si fuera cierto y no se hubieran hecho los deberes, seria una metida de pata más a la que nos tienen acostumbrados los políticos cuando niegan la evidencia, y con el tiempo se sabría. Con tal de silenciar se estarían rompiendo muchos huevos.

Por fin, al igual que sucedió con la confesión de Rock Hudson de que tenía SIDA, que provocó una concienciación del problema que impulsó enormemente la investigación, la confesión del monarca seria un aldabonazo en las conciencias de todo tipo de “autoridades sanitarias” respecto a la tuberculosis, enfermedad frecuente en España y nada vergonzante que, a pesar de ser una enfermedad perfectamente curable con medicamentos, aun provoca dos millones de muertos anuales en el mundo por la sencilla razón de que no tienen acceso al tratamiento por falta de recursos. Con el dinero que se ha tirado en el mundo en vacunas innecesarias de la Gripe “del cerdo” y antivirales ineficaces se podrían erradicar enfermedades que provocan millones de muertes como la TBC o la enfermedad de Chagas y muchas más.

La confesión del monarca, tanto de que la tiene como de que no la tiene pero “casi”, o que al menos la tuvo en su infancia, transformaría un posible vodevil en una inmensa obra de caridad. Animo¡¡¡.

DR. JJ. SUCH ACIN

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